Las palabras, por su propia naturaleza, son divertidas y juguetonas, las gusta saltar de nuestra boca a la oreja, así sin más, sin pedir permiso a nadie, ni siquiera a nosotros mismos que somos los que las pensamos en nuestra cabeza.
En muchas ocasiones, cuando las buscas no las encuentras, se han escondido en un pliege de la ropa, o debajo de la cama y están inventando nuevas historias, casi siempre justo cuando las necesitabas con más urgencia.
Ayer en la escuela nos ocurrió algo así, sin saber cómo paso en la alfombra de clase apareció un aparato, la mar de raro la verdad, como le miramos con cara rara al llegar, se enfado y las palabras comenzaron hacer de las suyas, nos costó un rato dar con la correcta, pero a la vez fue muy divertido, imaginar qué podría ser, y sobre todo, cómo se llamaba.
Si quieres lo puedes ver todo en fotos.[VER MÁS]
En muchas ocasiones, cuando las buscas no las encuentras, se han escondido en un pliege de la ropa, o debajo de la cama y están inventando nuevas historias, casi siempre justo cuando las necesitabas con más urgencia.
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